martes, 26 de junio de 2012

Entonces supe que todo quedó en nada.

Miraba y no sabía que decir. Nunca sabía que decir y nunca le había importado el tiempo hasta entonces. Sabía que era imposible detenerlo y no entendía a todas esas personas que intentaban hacerlo. Tampoco entendía por qué no le gustaban las despedidas.

A nadie le gustan las despedidas, ni siquiera a esos hombres que no paran de viajar. Ellos las odian especialmente. Y tu haces como si nada. Es fácil hacer como si nada ante las situaciones complicadas de la vida, pero no todo el mundo lo consigue. La gente te admira por eso, y todos se giran para verte pasar. No tienes más méritos que ese, y para mi ni siquiera es una gran virtud. Para ti tampoco lo era, pero ahora no sabes que decir.

Ni tu ni ella sabéis que decir. A ella no la importa el tiempo ni a ti las despedidas. Hasta entonces. Hasta aquella noche en que ella creyó parar parar el tiempo y tu creíste que siempre ibais a estar juntos. Nada de eso sucedió, pero las canciones de Enrique Urquijo siguieron sonando como una bomba en tu cabeza y no dejabas de preguntarte si a ella la pasaría lo mismo.


                                                               -Like a Rolling Stone.

miércoles, 20 de junio de 2012

Te observo en silencio, te pierdo y me pierdo.

Momentos mágicos, canciones mágicas y voces que te dejan sin palabras. Luego, como siempre, te arrepentiste de no haber dicho nada, pero realmente no podías decir nada, y todo el mundo lo sabía.
Tu no estabas allí, y solo sonaban un montón de canciones que ya habías escuchado millones de veces, pero que en aquel momento no parecían las mismas, y, de hecho, ya nunca más volverían a serlo.
Es genial como la música puede cambiar a las personas, y es genial porque casi siempre esos cambios son para bien. Tu sin duda cambiaste aquella tarde, y tardaste días en volver a saber que decir. Que decir en general, porque de esas canciones nunca más hablaste. Sabías que nadie te iba a entender, pero no te hacía falta. Una simple guitarra y una voz mágica habían conseguido lo que nadie había conseguido en todos aquellos años, y otra vez te diste cuenta de todo lo que puede mover la música.
Desde entonces, te has empeñado en evitar esas canciones, pero siempre acabas escuchándolas. Son más fuertes de lo que jamás nadie habría podido imaginar, y tu, ya das por perdida esta batalla.

                                                      -Like a Rolling Stone.